Las decisiones implican riesgos y el miedo a fracasar puede negarte la oportunidad de enfrentarlos, pero sin duda afirmo que el poseer la responsabilidad de representar a Tepatitlán de Morelos ha sido el mejor reto y la mejor decisión de mi vida.
Desde el momento que escuché mi nombre como la Señorita Tepatitlán 2013,
mi vida cambió. El poseer una corona me hizo reflexionar sobre qué soy y qué poseo para merecerla; en ese momento decidí que trabajaría en poner en alto el nombre de mi municipio en cada una de las actividades en las que fuera requerida mi participación.
Asistí a diversos desfiles de los municipios de la Región de Los Altos, promoviendo la cultura de mi bello municipio.
Fungí como conductora de certámenes en 3 ocasiones; fui parte del jurado y de la organización en otros eventos.
Trabajando de la mano con la Jefatura de Turismo de la ciudad, he sido parte del proyecto “Turibus”, que ofrece recorridos turísticos en la ciudad para niños del nivel preescolar y para todos aquellos que nos visitan desde otras latitudes.
San Miguel Allende, Guanajuato; nos abrió sus puertas para conocerla a detalle, en ese lugar participamos en XIII Encuentro Internacional de Convivencia y Hermandad Universal, llevando y promoviendo el arte de nuestra ciudad a través de la danza, la pintura y escultura del talento de varios tepatitlenses.
Tuve la posibilidad de pisar, por primera vez en mi vida, tierras estadounidenses, visité en 2 ocasiones a las Ciudades Hermanas del extranjero; la primera vez durante el Encuentro Anual de Ciudades en Ridgecrest, California; una ciudad que nace de la necesidad de dar hogar a los militares de una de las bases aéreas más importantes de la nación: China Lake; y en donde en algún tiempo estuvo laborando Albert Einstein.
En febrero del presente año, tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Laredo, Texas; esto con motivo de la celebración del natalicio de George Washington, una de las festividades más importantes del Estado. Paralelo a este evento, conocimos las universidades y preparatorias de la ciudad con la finalidad promover el intercambio estudiantil entre instituciones de Laredo, TX y Tepatitlán de Morelos, Jal.
Esta etapa de mi vida ha representado un cambio personal, enseñándome a valorar lo que los tepatitlenses somos y tenemos, a sentirme orgullosa de haber nacido en la tierra “Donde su tesoro, está en su gente”.
Hoy que termina esta experiencia de vida, no me queda más que agradecer a Dios por darme la oportunidad de vivir esta gran aventura.
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